Un gato adulto mayor también experimenta pérdida de visión, perdida auditiva, tener menos tolerancia al frío y confusión mental.
Un gato adulto mayor podría tener mal humor e irritarse con facilidad.
Si hay niños pequeños o un perro juguetón en casa, es importante que todos los miembros de la familia se acerquen al gato de una manera tranquila, no agresiva.
Los gatos pueden y desarrollan demencia relacionada con el envejecimiento, lo que significa que incluso el más pequeño cambio en la rutina de tu gato puede causarle estrés. Por esto es importante proteger a un gato adulto mayor del acoso potencial por parte de las mascotas más jóvenes o activas.
Como punto de referencia, un gato de 16 años es equivalente aproximadamente a un humano de 80 años de edad. Sería muy bueno dos visitas anuales al veterinario para realizar una revisión de salud para adulto mayor, incluyendo un examen físico, sanguíneo y pruebas de muestra de orina y heces. Así estás atento a cualquier detalle importante o repentino en su comportamiento o cambios en su salud.
Los resultados proporcionarán un panorama de cómo están funcionando los órganos de tu gato y señalarán los posibles problemas.
Haz todo lo posible por mantenerlo cómodo, a salvo y relajado al mantener una rutina diaria consistente que le proporcione un escondite tranquilo, acogedor, con una cama cómoda y uno dos de sus juguetes favoritos.
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